"Los defensores de esta corriente (nunca mejor dicho) opinan que actualmente, las playeras y el calzado deportivo (que mueven 17.000 millones de dólares al año en la industria) se han convertido en una suerte de “ataúdes” para los pies, que se ha perdido la sensibilidad de los pies por sentir siempre las mismas texturas, y que algunos músculos de los pies se atrofian al estar siempre protegidos por calzados. Que los indígenas del Amazonas tienen unos pies más resistentes que los nuestros, no lo ponemos en duda."
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