Hace más de 20 años, quan jo era un petit vailet, iba al pueblo de vacaciones. Allá en tierras andaluzas estaba toda mi familia, entre ellas mi abuela. Mi querida abuela materna. Como todos los niños, jugaba a cosas en que la imaginación era el principal motor de cada experiencia y la creatividad inventaba todo tipo de aventuras.
También tenía mis propias frases. Cuando algo de comer no me gustaba decía "ezo bazura"; cuando me decían "estate quieto" yo respondía "tate teto"...
Pero una cosa que siempre me ha recordado mi abuela es una frase que decía muy a menudo: "mira, zoy el hombre de hiero yaya" y me ponía en postura típica con los brazos en alto haciendo musculitos.
Queda poco para darle sentido a esas fantasias de infancia; profecias de mucho; analogía de intenciones pasadas, presentes y futuras.
Estos días mi abuela está en casa, no muy bien de salud, diferente a otras veces, nos asusta un poco. Su estado de ánimo ha bajado mucho en la última semana. Intento darle parte de las fuerzas de este humilde hombre de hierro que soy y ella, inconscientemente, me las devuelve a mi multiplicadas por diez. Cuanto vale y cuanto me queda por aprender.
Genial entrada Javi (compartela que vale la pena!)y animos, no solo para nosotros que falta nos va ha hacer, sino también para los tuyos!
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